Nervios, incertidumbre, expectación...
Había llegado el día, caluroso, como lo
están siendo la mayoría de los días de este verano. A la hora de la salida la
jornada no se presentaba tan sofocante, pero a medida que el día avanzaba, y el
autobús se acercaba al final del trayecto, el sol ha comenzado a demostrar su
intensidad.
"Muestra de folklore Camino de
Santiago", en la localidad de Las Quintanillas, Burgos. Ese es nuestro
destino. Donde, junto con otros grupos, evidenciaremos la universalidad de la
música. Desde Antas de Ulloa, Lugo, la agrupación 'Fiadeira'; desde
Colmenarejo, Madrid, agrupación 'El Caño'; y los anfitriones del ya nombrado
lugar, el grupo 'Tierra Noble', serán nuestros compañeros de experiencia…
…La
música como lenguaje mundial, colectivo, absoluto, capaz de traspasar fronteras
y unir pueblos. Porque a pesar de todas sus formas, todos los ritmos posibles,
la diversidad de danzas, de instrumentos para interpretarlas, de lenguas para
entonarlas... la música es la única diferencia que nos une. Nos une en torno a una
mesa, para unir generaciones en el mágico acto de la transmisión de costumbres;
o en torno a un festival, donde se pone en relieve el multiculturalismo de la realidad
que vivimos, a pesar de la tendencia a la globalización (eliminamos la divergencia
de tradiciones olvidando la riqueza que proporciona la diversidad).
En este encuentro quedaron varias cosas claras,
entre ellas el relevo generacional asegurado de las costumbres y el folklore,
representado en la proporción de jóvenes integrantes de los grupos. Jóvenes que
además de aportar una imagen fresca y vital, son los primeros en participar del
intercambio cultural, los primeros en animarse a conocer gente y compartir sus tradiciones
y su música, y los primeros en disposición de aprender nuevas danzas y cantares.
Así, seguidos del resto de participantes, el folklore se hace protagonista
indiscutible. Y es que cuando se comparte una misma afición es inevitable la diversión.
"Entre los folcloristas no hay gente fría",
esa es la moraleja que aprendimos. Porque cuando se comparte una ilusión, una pasión,
se comparten sentimientos y anhelos, sientes que estás entre tu gente, en el lugar
que deseas, es imposible la frialdad... solamente se puede disfrutar.
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